Debido al éxito rotundo que tuvo mi artículo "Soy una chica tuerca", José Solves, Valenciano, de España , me envió este texto precioso via e -mail (todo lo que tenga más de 300 caracteres, en comentarios de este blog, no se puede depositar ).
Si alguno quiere hacer lo mismo, solo debe escribirme a lapulguita6@yahoo.com .
En cuanto a vos, José, gracias por existir.
SOY UN CHICO TORNILLO
La verdad es que siempre sentí curiosidad por ciertos establecimientos que se encontraban en la calle que recorría todos los días para dirigirme al colegio. Uno de ellos era el ultramarinos, me fascinaban los olores de los salazones, los distintos botes de especias que llenaban las paredes de colores, las cajas redondas con las sardinas expuestas a las inclemencias del tiempo y ellas allí siempre tan serias. Pero en la esquina se encontraba una ferreteria y a través de su cristal las distintas máquinas, clavos, tachuelas, martillos y toda clase de utensilios que me llamaban también la atención. Y entre todos aquel que de forma hexagonal encajaba abrazándose circularmente hasta no separarse nunca, porque al revés no podía ser como comprendí cuando fui más mayor.
La verdad creo que me pasé la mayor parte del tiempo buscando una tuerca.
Y así nunca separarme de la gente a la que quiero.
Si alguno quiere hacer lo mismo, solo debe escribirme a lapulguita6@yahoo.com .
En cuanto a vos, José, gracias por existir.
SOY UN CHICO TORNILLO
La verdad es que siempre sentí curiosidad por ciertos establecimientos que se encontraban en la calle que recorría todos los días para dirigirme al colegio. Uno de ellos era el ultramarinos, me fascinaban los olores de los salazones, los distintos botes de especias que llenaban las paredes de colores, las cajas redondas con las sardinas expuestas a las inclemencias del tiempo y ellas allí siempre tan serias. Pero en la esquina se encontraba una ferreteria y a través de su cristal las distintas máquinas, clavos, tachuelas, martillos y toda clase de utensilios que me llamaban también la atención. Y entre todos aquel que de forma hexagonal encajaba abrazándose circularmente hasta no separarse nunca, porque al revés no podía ser como comprendí cuando fui más mayor.
La verdad creo que me pasé la mayor parte del tiempo buscando una tuerca.
Y así nunca separarme de la gente a la que quiero.
Un beso
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